Let us die young or let us live forever we don't have the power but we never say never

Love

lunes, 24 de junio de 2013

Cuando sueño lo que quiero sueño contigo.



Nada sale como esperas, nunca. Sábado de verano y a las 8, suena el despertador, el plan es sencillo: levantarse, llegar allí, hacer tu función, volver y ya.. hasta el año que viene.
Pero entonces llegas y aparece con su pelo como el betún y su piel morena como si de chocolate se tratara, la que te incita a ser probada y comprobar si su dulzura también se corresponde con este. Contrastada con el blanco cegador de su perfecta sonrisa. Y antes de que os de tiempo a presentaros, cuando 100 m. de suelo aún os separa, ya está sonriendo y has quedado prendada. Puta complicidad que aparece cuando menos lo deseas. Cuando en la comisura de tus labios hace mella el llevar tanto tiempo sonriendo, todo se acaba, y tienes que volver a tu ciudad. Y con la cabeza baja y mirando quien sabe donde, su voz cercana a tu oreja, pregunta que si mañana volverás y parece, que el recibir una pequeña mueca como respuesta, le deja todo claro. Y te vas. Al día siguiente, y sin tener ninguna obligación de hacerlo, vuelves, recorres esos kilómetros. Definitivamente él es como el chocolate, también adictivo. Y las sonrisas del día anterior al lado de las del momento en que os reencontráis se quedan pequeñas. Pero como en todo, tras perder la noción del tiempo, llegan las despedidas. Y tras dos besos que aun siendo en la mejilla, buscaban los labios más de lo normal, su voz, dulce como todo él, mirándote a los ojos y algo insegura, murmura.. hasta el año que viene.

va de sonrisas.