Let us die young or let us live forever we don't have the power but we never say never

Love

viernes, 29 de noviembre de 2013

Fiction. 26N.

Correr. Parar. Esperar. Correr. Todos con un mismo objetivo, llegar los primeros. Corrimos mil veces aún sabiendo que nos pararían. Tras mil parones, y mil carreras estábamos dentro. Joder, Vistalegre que grande eres. Un escenario que sostenía guitarras, bajos y una batería, pero ningún movimiento. Cada vez más gente, más calor, más ganas, más gritos. Y se apaga la luz. En el dedo gordo del pie tiene lugar una extraña sensación, que poco a poco, va subiendo por todo tu cuerpo. La primera nota. Johannes Eckerström aparece, todo empieza. Llega el momento de 'Let it burn' y la sonrisa no cabe en el cuerpo, miras a todos los que te acompañan y no puedes ser más feliz. Llega el pogo, y sin saber como estás dentro, te empujan, te dan golpes, pero coño, ries, porque estar ahí es lo mejor que te ha pasado. Llega el turno de Five Finger y dos momentos especiales, suena 'Coming down' y no sabes como expresar todo lo que sientes. Y se apagan las luces, completamente, todo negro, y de fondo, una luz y otra y un mechero y después, miles de pequeñas luces iluminan el recinto. Parón. El agobio incrementa, la sed, el cansacio, el calor. Y Matt, Synyster y compañía, Avenged Sevenfold, pisan el escenario, se dejan ver. Un gran grito ensordece a todos y entonces su voz..saltas tanto que crees chocarte con el cielo, gritas tanto que crees quedarte sin voz, sientes tanto.. que crees que se va a salir el corazón. Tras 5 canciones de gritos y emociones, Shadows anuncia la siguiente canción, la última con The Rev. Fiction, y fue ahí, en ese momento, en esos 5 minutos en los que no podía moverme, ni decir nada, en los que lo único que salió de mi fue una lágrima, en el que me quedé para siempre. Ese momento que grabé en mi memoria y que repetiría una y mil veces. Ese momento en el que di las gracias, no sé a quién por estar allí, por estar con ellos. Hubo fuego, hubo gritos, hubo enfados y risas, y hubo música.


~Gracias Madrid, gracias Vistalegre, gracias Avenged, gracias M Shadows, gracias Fiction.




26 Noviembre.

Fo(REV)er.



sábado, 23 de noviembre de 2013

Qué largo el olvido.

Le odio. Odio sus dos metros de estatura que hacían que me doliese el cuello después de estar con él. Odio su pelo, a veces tan corto que deja ver su cabeza y otras tan largo, que tapa su cara, la cual también odio ya que tiene una forma inusual. Odio sus ojos, tan pequeños que apenas se puede apreciar su típico color marrón, odio sus labios, tan finos que parece que tarde o temprano van a desaparecer. Odio sus manos, tan grandes que pueden coger uno de mis brazos entero, odio sus brazos y su indefinida forma. Odio su espalda demasiado recta, su pecho, demasiado duro, sus piernas, demasiado firmes y sus grandes pies. O quizá no es odio sino amor. Quizá es ver uno a unoo todos sus defectos y aún así, querer pertenecerle. Quizá consiste en eso. Quizá le amo. Quizá no lo suficiente. Quizá demasiado.

domingo, 10 de noviembre de 2013

You break me, you wreck me.

Hemos creado una guerra innecesaria, movidos por el orgullo y destrozándonos mutuamente, incluso haciéndonos daño a nosotros mismos. Sólo nos hemos concentrado en fingir, ocultar aquello que a veces ganaba al orgullo y nos unía, y puede que nos merezcamos haber acabado así, y quién sabe si te acuerdas de lo que eramos, quién sabe si te duele como a mi. Parece que me has olvidado, que en ti sí ha funcionado aquello de que 'la distancia hace el olvido' y si es así, por favor, dime como lo has hecho, porque si me ha servido de algo la distancia es para incrementar mis ganas de ti. Después de todo, no puedo olvidarte, no puede verte y no mirar tus labios, es imposible desviar mis ojos hacia otra cosa que no seas tú, aunque tú ni siquiera correspondas mi mirada. Es imposible olvidarte cuando me has llegado tan dentro, tanto que me rompiste el día que decidiste marcharte, dejando algo de ti. Y aquí estoy destrozada intentando encontrar alguna forma de que vuelvas a entrar a recoger aquello que te pertenece y que esta vez no te marches.