Vivimos en un cambio constante y pocos son los que se mantienen firmes en sus deseos, en sus metas, sus opiniones.
No hay día que no vea a alguien odiar aquello que el día anterior amaba, gente que pasea sus inseguridades y se anuncia como manejable.
Gente que pide a gritos y sin palabras que sean otros los que tomen sus decisiones, los que construyan sus ideales, los que dirijan sus vidas para poder decir "yo no quería" cuando algo se tuerza. Para no asumir responsabilidades.
Sé lo que quiero.
Sé porqué lo quiero.
Y lo he decidido yo. Sola.
Podrán venirme millones de palabras vacías de bocas que quieren conducirme, pero no pasarán más allá de mis oídos. Soy consciente de lo que necesito, de lo que creo, de lo que me gusta y me dará igual que sean miles las personas que me digan "eso así no me gusta" porque les diré "pues a mi sí".
No recomiendo que disfracen órdenes de consejos para confundirme, porque no lo conseguirán.
Si algo tengo claro es que quiero esto y lo quiero así.
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