Eclipse de Sol.

Es como si la Luna cayese enamorada del Sol. A pesar de toda la distancia que los separa, a pesar de que apenas se ven, a pesar de saber que son imposibles de ser imaginados juntos. Pero ella espera. Dos veces cada 365 días, lo tiene delante, frente a frente, ella es eclipsada por el sol, no hay nadie ni nada que le impida verle tan de lleno. Él es tan grande a su lado, tan perfecto, tan brillante, tan único y necesario...y ella de siente diminuta, un cuerpo innecesario, sin saber que no hay Sol sin su Luna. Y sintiéndose tan invisible para él, pasa ese día admirando cada una de sus perfecciones y cualidades hasta que no hay más remedio que volver a separarse, cada uno sigue su camino y puede que vuelvan a encontrarse. Entonces ella, representante por excelencia de la melancolía, sufriendo de insomnio, se deja ver todas las noches, mientras su pensamiento se centra en su Sol, en cuando volverá a ser eclipsada y esperando que pase el tiempo, derramando lágrimas, hasta el día en que esta se apague.